martes, 6 de abril de 2010

Turismo Vivencial o Rural en Arequipa

Actualmente el departamento de Arequipa ofrece una nueva alternativa para los turistas que buscan nuevas experiencias, el turismo vivencial, en el valle del Colca. Inicialmente este valle fue poblado y desarrollado por la etnia de los Collaguas y Cabanas, que fueron grandes trabajadores agrícolas y artífices de canales de riego y extensas áreas de andenerías. En esta zona existen 16 poblados de descendientes de estas etnias, que hablan el quechua además del castellano y conservan aún muchas de sus costumbres como, ritos, magia, bailes, y vestimentas. Esta nueva alternativa de turismo ofrece al visitante disfrutar de la convivencia con algunas familias de estos poblados. Se tiene la posibilidad de compartir experiencias culturales vinculadas a las labores agrícolas tradicionales andinas, haciendo uso de técnicas milenarias. Los cultivos son, en su mayoría, de granos andinos de alto valor nutritivo como la kiwicha, la quinua, plantas medicinales y aromáticas, estas últimas las procesan en pomadas, tinturas, jarabes y otros.



Se puede alternar las labores con actividades como la pesca en ríos o lagunas, así como la visita al mirador de la Cruz del Cóndor, estratégico punto de observación de uno de los cañones más profundo del planeta, y del espectacular vuelo del cóndor. Se podrá así mismo visitar las bellas iglesias en los pueblos de Pinchollo, Maca y Yanque; así como los miradores de choquetico y antahuilque, desde donde observaremos la impresionante andenería del valle, las tumbas y maquetas pre Inca. Además en el camino podrá degustar platos típicos de la zona.



El Valle del Colca se ubica a 164 Km. al norte de la ciudad de Arequipa y se convirtió, a principios del año 1985, en atracción turística, debido sobre todo a la profundidad de su Cañón. Investigadores, artistas y aventureros empezaron a recorrer el valle, descubriendo una inagotable riqueza en todos los campos, históricos, artísticos, científicos, y deportivos, que dieron renombre y difusión internacional, hasta convertirlo en uno de los principales atractivos turísticos del país. Fue bautizado por el escritor Mario Vargas Llosa como el “Valle de las Maravillas”.



Esta nueva alternativa de turismo vivencial es una experiencia única, maravillosa y fascinante, donde la convivencia, costumbres, y tradiciones ancestrales, de estos maravillosos pueblos, lo transportaran en tiempo del Incanato.