martes, 11 de mayo de 2010

Momia Juanita o Dama de Ampato, Arequipa

En el tiempo de los Incas, la relación hombre-naturaleza, se vio representada en todas sus creencias mágico - religiosas y se señalaba algunas montañas o volcanes como sagrados. El Proyecto "Santuarios de Altura del Sur Andino" de la Universidad Católica de Santa María, viene investigando estas montañas sagradas o Apus desde el año de 1979. Durante este periodo halló distintos elementos de sacrificios e importantes evidencias arqueológicas. Los Incas realizaban ofrendas humanas por diversos motivos: Cuando el emperador iba a la guerra, cuando moría o enfermaba, o en los festivales más importantes de Junio y Diciembre. En el caso de Arequipa, es posible que algunas de las ofrendas que se ejecutaron en sus inmediaciones tales como Pichu Pichu, Misti, y Chachani, entre otros, sean debidas a las erupciones del volcán Misti en esta época. Como parte del proyecto de investigación el 2 de setiembre de 1995 se organiza una expedición al volcán Ampato con el arqueólogo Johan Reinhard y el guía Zárate. Esta expedición fue la que hallo a la momia denominada "JUANITA, LA NIÑA DE LOS HIELOS", (La Dama del Ampato, La doncella de los Andes). Además, en los alrededores encontraron varias illas o estatuillas de oro y de nácar spondyllus, 19 tipos de plantas, entre las que sobresalían el maíz y varias leguminosas, así como charqui (carne de llama deshuesada).





Juanita fue encontrada envuelta en textiles en posición fetal y rodeada por las ofrendas, las cuales conservan todos sus colores y contexturas en perfectas condiciones. La importancia de este hallazgo se debe a 3 factores que dieron luz a muchas interrogantes sobre la forma de vida incaica.

En primer lugar, es la única momia hembra helada en ser encontrada en los Andes, y es considerada en la actualidad como el cuerpo de mujer Inca, mejor conservado en el mundo. El cuerpo no se deshidrató por congelación o disecó. Con lo cual se podía realizar muchas pruebas biológicas.



En segundo lugar, la preservación asombrosa de los objetos y cerámicas encontrados en el lugar, así como el de su elegante vestimentaria ayudarían a conocer el modo de vida de la alta sociedad incaica. "Juanita", la mensajera real y divina, fue vestida con una impresionante lliclla de color rojo y blanco así como el aksu ensartado por dos tupus y una serie de ofrendas en miniatura, colgando de los mismos, sujetado este aksu por medio de un chumpi o faja a la cintura y rematado en unas sogas y borlas terminado en flecos; cubrían sus suaves pies, hermosos polqos elaborados en cuero con acabado en un fino bordado en lana; culmina este atuendo en un gran tocado de plumas de guacamayo traídos expresamente de la Selva para confeccionarlo. Junto a ella fueron enterradas como ofrendas varias Illas de metal y Spondilus envueltos en finos textiles de alpaca y vicuña; algunas chuspas y bolsitas ceremoniales conteniendo coca, cerámica y otros elementos que le servirían para tan largo viaje.

En tercer lugar, esta momia es el único sacrificio inca encontrado con su correspondiente campamento, usado por la fiesta sacrificadora. Con lo cual los científicos podían analizar la cantidad de personas que asistieron a este sacrificio, quién lo realizó, y cuáles fueron los preparativos. En la cumbre principal del cráter del Ampato (6.380 msnm.), los Incas construyeron una plataforma de 14 m2; en este lugar, el sumo sacerdote realizó esta ofrenda al APU Ampato y a través suyo envió las solicitudes de su pueblo al Inti el Dios Sol.




El cadáver causó sensación en el mundo científico y los estudios, realizados en el, dieron los siguientes resultados:


El cadáver corresponde al sexo femenino y perteneció a una niña de aproximadamente 12 ó 14 años de edad. Las pruebas de Carbono 14 sitúan la muerte de Juanita en 1466, durante el reinado del Sapa Inca Pachacútec Inca Yupanqui. Tenía una estatura de 1,40 metros, una dentadura perfecta, huesos fuertes y había sido esbelta y bella. No había sufrido de ninguna enfermedad, y gozó de una alimentación con una buena dieta balanceada, y que finalmente murió de un certero golpe en la cabeza, producido probablemente con una macana, cuando estaba arrodillada.

Ya en la cumbre, estuvo sujeta a un ayuno riguroso y el último día, antes de la ofrenda, tomó sus últimos alimentos compuestos enteramente de vegetales, 6 a 8 horas antes de morir; así mismo fue preparada con hierbas y coca para lograr una muerte dulce y placentera. Normalmente estas personas sacrificadas, eran preparadas desde muy tierna edad; en tal sentido, "Juanita" con sus 12 ó 14 años era una niña al servicio del Sol y del Inca. Juanita, fue objeto de un importante ritual desde su lugar de origen, grandes fiestas acompañaron su peregrinación por las diferentes estaciones que tuvo que pasar hasta llegar a la cumbre del Ampato. Debió salir de su ciudad natal (Arequipa) hacia el Cusco para ser recibida en persona por el Inca al igual que las demás comitivas que venían de todo el Tahuantinsuyo y que convergían en la capital para celebrar la gran Capaccocha (ceremonia).

Así mismo las pruebas de ADN señalaron que “Juanita” tenía parentesco cercano con la tribu Ngobe de Panamá y con antiguas razas taiwanesas y coreanas, demostrando así que los primeros hombres, llegados por el Estrecho de Bering en suelo americano, procedían de Taiwán y Corea.

A la fecha, el cuerpo momificado de Juanita se encuentra en el Museo Santuario de Altura del Sur Andino de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa. Se conserva en un congelador especial, protegida del medio ambiente por una cámara de vidrio cerrada al vacío. La urna está asegurada con perfiles de acero y tiene en su interior dos capas de plexiglás. El interior de esta urna se encuentra a una temperatura de -19,2 ºC y -19,5 ºC, para evitar la deshidratación del cadáver.