La Reserva Nacional de Aguada Blanca se ubica a 35 km. de Arequipa, principalmente a espaldas de los volcanes Chachani y Misti. Abarca una extensión de 314.447 hectáreas, que se hallan bajo la jurisdicción de la Zona Agraria VI del Ministerio de Agricultura. Comprende una porción de la Cordillera Volcánica, con cumbres que oscilan alrededor de los 6.000 msnm., y una gran Meseta Altiplánica, con una altitud promedio de 4.000 m, comprende también la cuenca hidrográfica del río Quilca y las represas de El Fraile y Aguada Blanca. Fue creada con el fin de conservar flora y fauna, proteger ambientes naturales así como brindar protección a la vicuña mediante un programa de repoblación.
El paisaje, en general, es desolado, pero impresiona por su grandiosidad. La reserva cuenta con importantes atractivos turísticos extensas planicies en las cuales se puede contemplar caprichosas formaciones rocosas formadas a lo largo de los siglos por los vientos y las lluvias, flora y fauna adaptadas a grandes alturas, sus importantes humedales ( lagunas y bofedales ) como son la laguna de salinas y la del indio dique de los españoles, humedales de importancia internacional y local, por servir de habitad a muchas especies de aves y por contener las reservas de agua para Arequipa
En lo que respecta a la flora, hay una extensa variedad de especies vegetales, entre las que destacan el ichu (Stipa ichu), la tola (lepidophyllum s.p.), la yareta (Azorella yareta), pequeños árboles del género Polylepis, y en forma especial, las plantas cactáceas. Estas últimas, oriundas de las Américas, están logrando una enorme acogida en Europa, tanto en los Jardines Botánicos como entre coleccionistas particulares. Hay especies de cactus de flores hermosísimas que solo existen en esta región, como la Neoraimondia arequipensis, la Lobiria mistiensis, el Loxanthocereus riomajensis; también es frecuente la Opuntia soehrensii de cuya tuna se saca el ayrampu con que los indígenas tiñen la lana desde tiempos inmemoriales.
Así mismo su fauna es sumamente valiosa, se observa incluso pumas (Felis concolor incarum), y se ha podido divisar la codiciada taruca o venado andino (Hippocamelus peruviana). Pero sin lugar a dudas el espécimen más valioso de la zona es la vicuña, ese camélido peruano tan grácil y bello, productor de la lana más fina del mundo. Actualmente se estudia la forma de reintroducir al suri o ñandú de los Andes (Pleroenemla pennata), actualmente extinguido en la región pero antes muy abundante, a juzgar por las pinturas rupestres de las grutas de Sumbay. En cuanto a las aves, es sorprendente encontrar en esta zona, a pesar de su carácter inhóspito, más de 100 especies diferentes. Abundan en las proximidades de las lagunas, ríos arroyos y bofedales, así como en los restos de montes de queñuales que crecen dispersamente sobre algunas laderas.
La reserva cuenta con un centro de interpretación en el cual el visitante, a través de maquetas, fotos y paneles móviles, pueda obtener información que le ayude a entender de una manera sencilla las características del área natural de la reserva y de la importancia para su conservación.
martes, 11 de mayo de 2010